Una copla

 Te fuiste lejos de casa,
sin despedirte siquiera
 y yo me quedé mirando
fijamente a las dos velas
que dejaste justo aquí.

Así que, por no sufrir, 
empleé mis malas artes 
de cirujano interior
en extirparte de mi.

Me lo tomé muy en serio.
Te saqué casi completa.
Tiré millares de objetos,
a veces cartas o fotos 
y a veces simples recuerdos.

Lo hice con gran decisión,
 más fracasé en el intento.
Se hicieron fuertes los sueños
que hablaban de ti cada noche.
Ayer te soñé una vez más:

"Por fin" te dije después,
"querías mirar más allá, 
te fuiste para quedarte
y yo, que estoy fuera de mi,
ya nunca podré olvidarte".