En el camino hay un canto que ha
rodado por mil ríos, y un cuento, que de canto está dispuesto, y el gran Kant, con
un cantero de pan, sujeto a su brazo derecho, pasa cantando esto: “si el cuento
cantase cantos y el canto contase cuentos, el cuento y el canto serían casi la
misma cosa…"
En el cuento se tropieza y el
cantero vuela y vuela sobre el suelo y Kant interrumpe su canto y busca el
cantero de pan en torno al cuento de canto, y siente el llanto del viento y cae
un rayo del cielo y piensa, al pasar, que existe, pero aún no sabe cuánto, aunque
entiende que la gente nunca miente cuando canta de verdad.