De/jar/dinero
Sabiendo de mi indolencia
y mi afición por las aves,
mi padre, que era el señor
de saldos muy suculentos,
me dijo desde Madrid:
me dijo desde Madrid:
“En nuestra casa matriz
o en una agencia importante
te ofrezco ser el que mande.”
No quise contradecirle:
“Entre las aves y el mando,
el/ijo de/jar/dinero..."
Con eso salgo ganando,
Con eso salgo ganando,
pues puedo cambiar de banco
y escuchar al Ruizseñor...
Vivir y dejar vivir.
Él nunca volvió a insistir.
Él nunca volvió a insistir.
A veces arde Roma
Tras el pavor del incendio,
el augusto del circo: Máximo,
atreviose a saludar:
"Ave, César de Roma,
tea mandan, fuego enciendes,
yertos andan los cristianos..."
"A veces arde Roma,"
yertos andan los cristianos..."
"A veces arde Roma,"
-respondió el emperador-
"te aman, dan fuego,
en cien desiertos
andan los cristianos..."
Así dejó claro al clero
en cien desiertos
andan los cristianos..."
Así dejó claro al clero
de los augurios del vuelo
que el César de Roma no era
el simple autor del siniestro,
y que era también Pío<Nero
del calambur y otros juegos.
Y una lágrima añadió
al rostro pintado de blanco
de Máximo, del circo augusto,
el artista y gran poeta
que fue nuestro cónsul Nerón
después de la instalación
del gran incendio de Roma.