Tiempo al tiempo

El tiempo es un ser voluble que unas veces nos parece perezoso y otras un bruto sin alma, un violento asesino. Es así. Le gusta quedarse dormido y esconderse tras las formas sienciosas de su accion imperturbable, mientras el mundo se aburre y contempla la inquietante permanencia. Otras veces se comporta como un niño irresponsable, decide cambiar de golpe y de pronto nos sorprende por la fuerza que despliega. Normalmente, sin embargo, trabaja con calma y cautela, programa un proceso preciso que pregonan vientos vivos y que las nubes decoran a medida que en el cielo se construyen nuevos impetus. Él obra siempre en presente, aceptando las herencias del pasado y pensando solamente en el futuro. Hay que darle tiempo al tiempo.