Me encuentro en plena calle con Antonio, el mejor amigo del único hermano de mi
amigo Carlos. Hubo un tiempo en el que Carlos y yo jugábamos al mus contra ellos
dos.
-Hombre Carlos, ¿cuánto tiempo sin verte?
-No, hombre, no, Antonio. Soy Elías, el amigo de Carlos.
-Ah, perdona, me he despistado, ¿y tu hermano?
-¿Mi hermano? Bien.
-Tu hermano es un pájaro de cuidado. Anda, dile que le llamo
un día de éstos. Hace mucho que no hablamos.
El problema es que Antonio, que yo sepa, no conoce a ninguno de mis hermanos,
así que le dejo que se crea que soy Carlos, porque ahora me resulta muy difícil
convencerlo en dos palabras de su error.