Una guerra civil

-Nosotras nos acentuamos- les dicen las vocales entre risitas con aire de superioridad, y entonces las consonantes se enfadan muy seriamente y deciden separarse al tiempo que van murmurando sonidos impronunciables: 
-Prrrdbbfff... 
Atónitas las vocales, se temen que esté pasando aquello que más las daña y empieza su queja eterna:
-Uiuiui, uiuiui, uiuiui...
Después intentan parar la progresion hacia el caos. Exponen ante las otras, que siguen muy ofendidas, un gesto muy compungido, y ponen sus manos juntas delante de las narices, para pedirles perdón.
Más tarde las consonantes aceptan estas excusas y van cambiando la cara, para juntarse al final en el centro de una gran plaza de forma rectangular que llaman página en blanco. El armisticio se acuerda sin cláusulas y sin firma, y habrá que esperar casi un mes a que las letras se crucen de la forma que ahora sigue: 
-Sin respeto no hay palabras.
Vocales y consonantes se sonríen y piensan en la vida nueva que viene después de la guerra.
-Hace falta convivir, merece la pena vivir.