A veces, si tengo un verso,
yo pido tu tiempo bruto
y tú, mi amigo prudente,
aceptas el compromiso
y escuchas lo que hay escrito.
Atento, te arrulla el ritmo
de la corriente del texto.
Tú sabes que soy muy lento
que mido la estrofa concisa,
que riego la flor del huerto
y que corrijo a conciencia
de las letras que naufragan
en el centro del desierto...
Por eso, te pido audiencia,
dispón tus cinco sentidos,
conduce mi mano diestra
que espero
el juicioso aliento
que me orienta en el camino...
¿Te gusta el tono del cuento?, te pregunto. El verso: ¿se mete dentro...? Y pienso en la jaula
brillante y en el pájaro cantante que vuela por el firmamento y que roza el horizonte tan sólo
por un instante para inundarse de sol en el ocaso gigante.
yo pido tu tiempo bruto
y tú, mi amigo prudente,
aceptas el compromiso
y escuchas lo que hay escrito.
Atento, te arrulla el ritmo
de la corriente del texto.
Tú sabes que soy muy lento
que mido la estrofa concisa,
que riego la flor del huerto
y que corrijo a conciencia
los cientos de experimentos
que se me ocurren a veces,
y que también con frecuencia
me pierdo en el fondo negro que se me ocurren a veces,
y que también con frecuencia
de las letras que naufragan
en el centro del desierto...
Por eso, te pido audiencia,
dispón tus cinco sentidos,
conduce mi mano diestra
que espero
el juicioso aliento
que me orienta en el camino...
¿Te gusta el tono del cuento?, te pregunto. El verso: ¿se mete dentro...? Y pienso en la jaula
brillante y en el pájaro cantante que vuela por el firmamento y que roza el horizonte tan sólo
por un instante para inundarse de sol en el ocaso gigante.