Mi madre está llorando

Mi madre está llorando siempre y yo con frecuencia le hablo de esta manera: 
-Oye, mamá, ¿por qué lloras?
-Si no lloro, hijo. De verdad, no estoy llorando. 
-Venga mamá, no llores, anda – insisto. 
Y ella ve cómo la miro y pasa la yema de un dedo por el surco de sus lágrimas azules e intenta sonreírme con ternura.
-Si hijo, ¿lo ves? Ya no lloro.
Sin embargo yo sé que me engaña. Yo quisiera que mi madre sonriera como dicen que es normal, pero cada vez que me mira algo se rompe en su alma. Me echa en cara que yo sea como soy, que mi herencia subrayase sus defectos y olvidase de exhibir sus cualidades. Me reprocha que no sea como ella había soñado y que no pueda presumir de lo que hago ante mis tías. Ella entiende que yo soy sólo una carga, la desgracia que Dios le ha enviado... 
-Mamá, yo soy así. Acéptame por favor, no me hagas daño, mamá, y deja ya de llorar...