Metamorfosis

Para dejar de ser sapo
llevo un lustro dando lustre
a esta ristra larga y triste
de voces 
de corte lacustre.
Un lustro son cinco años. He gastado veinte paños,
y espero acabar muy pronto, sin ánimo de hacerme el listo.
Trabajo con mucho ahínco y escaso conocimiento.
De la princesa del cuento, espero que me de el beso
que me transforme en un príncipe, si rozo de cerca el éxito.
Ojalá que tenga suerte y       que dé frutos mi intento,
pero sigo siendo un sapo                      y no sé por cuanto tiempo.