El concepto del tiempo

El tiempo es un látigo transparente. Una fusta incesante, múltiple y ubicua. Las arrugas son surcos horizontales que hace un Cronos campesino en la labor de las frentes. Todo lo que es real está sometido a su fuerza que nos cambia y nos destruye. A pesar de que sabemos medirlo, a pesar de que nos hace daño, se diría que olvidamos su trabajo. Él es algo invisible e incansable, es una confabulación inconsciente que nos rompe y envejece. El tiempo sólo tiene un sentido: El de la muerte. Por eso hacemos como que no nos damos cuenta. Lo convertimos en miembro del grupo de nuestros enemigos y lo combatimos con cremas, afeites y costosas operaciones. Sin embargo el tiempo es invencible. No hay comportamiento más patético que el de los inadaptados que no saben reconocer su dominio... Masoquista del tiempo, sólo espero que en mi saco queden muchos latigazos. Prometo no rechistar, aunque me duela su paso. A pesar de las heridas, entiendo que es necesario que el cambio y el movimiento construyan la realidad y cubran el mundo antiguo con polvo de estratos viejos. Espero al fin reposar, sin flagelarme en exceso.